jueves, 1 de mayo de 2014

CAPADOCIA Y PAMUKALE: DOS PAISAJES ESPECTACULARES



Viaje a Capadocia, Pamukale y Éfeso  (septiembre de 2013)




Situada en la región asiática de Anatolia Central, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, Capadocia se muestra como  uno de los paisajes más particulares y mágicos del mundo:   La acción conjunta de varios volcanes unida al efecto del agua y la erosión del viento, ha configurado cientos de kilómetros de formaciones rocosas con formas imposibles, que se agrupan en diferentes valles. De los más visitados se encuentran el Valle de Uchisar, donde se ubica el castillo que lleva su nombre:  un entramado de escaleras, túneles y galerías construido en roca en lo alto de un promontorio con magníficas vistas al valle. Otros son el Valle de las Palomas, o el Valle de las Chimeneas de Hadas, con unas formaciones muy peculiares con forma cónica y con una especie de sombrero en su parte superior debido a su distinta composición de basalto y andesita que ha venido sufriendo una erosión diferente por la acción del viento.
La toba volcánica asentada tras las violentas erupciones, además de lograr esas formaciones naturales tan privilegiadas, ha hecho de estos valles un lugar fértil para el cultivo de la vid, que junto con la cerámica, complementaban la actividad de esta región, hoy día volcada al turismo.
Capadoccia significa "tierra de los hermosos caballos", pues hace cientos de años la cría de caballos estaba muy prestigiada en esta región siendo incluso utilizados como regalo para  reyes y poderosos.

Chimeneas de Hadas





Valle de las Palomas

Castillo de Uchisar

 Mención aparte merece el Valle de Göreme, conjunto de monasterios  e iglesias rupestres,  excavadas en la roca, alguna de las cuales conserva aún hermosos frescos en su interior. De entre ellas destacan por sus pinturas la Iglesia de la Manzana, o la de la Serpiente que incluye frescos de San Jorge, originario de Capadocia, y el Dragón.  En este conjunto monástico se refugiaban los cristianos de la persecución religiosa, datando los primeros asentamientos de los siglos III y IV, aunque la mayor parte de las iglesias datan de los siglos X al XIII.
Otra de las particularidades de Capadoccia son las viviendas subterráneas excavadas varios niveles, llegando alguna hasta casi 20 niveles, pero con unos sistemas de ventilación increíblemente sofisticados. Se visitan entre otras la de Özkonak o  Kaimakli, en algún caso no todos sus niveles pues las más profundas se han dejado en general de incluir para el turismo debido precisamente a la sensación de claustrofobia que puede generarse en su interior. Este es el caso de la más profunda conocida que es la de Derinkuyu.

Iglesia del Valle de Göreme

Monasterio del Valle de Göreme



PAMUKKALE

Griegos y romanos dejaron vestigios en este paraíso formado gracias a las aguas calcáreas subterráneas que configuran un paisaje de extraordinaria belleza, declarado Patrimonio de la Humanidad. No faltan razones: Pozas con aguas color turquesa, distribuidas formando socalcos, y unas excepcionales vistas al valle, eran un reclamo imposible de ignorar para las clases privilegiadas romanas, que aprovecharon Pamukkale como balneario curativo y lugar de recreo y descanso.




En el mismo emplazamiento resulta muy interesante visitar los restos del teatro, baños romanos y termas, y especialmente la gigantesca necrópolis formada por cientos de tumbas monumentales salpicando la ladera de la montaña, donde reposaban los restos de muchos de los enfermos que tenían como último privilegio el acudir a los baños con efectos curativos de Hierápolis.
El más reciente hallazgo en la zona nos remonta tan solo al 2013,  año en que se descubren en Hierápolis las denominadas "puertas del Infierno" lugar que consideraban en la antigüedad que era la entrada al averno, creencia alentada posiblemente por la aparición de animales muertos, sobre todo pequeños roedores y aves, sin motivo aparente, aunque hoy día se conoce que, con toda probabilidad, dichas muertes eran debidas a los gases que emanaban del interior la tierra.  Un grupo de arqueólogos italianos ha descubierto ahora como en su interior se localiza el manantial que precisamente da origen a las aguas termales de Pamukkale.
Es recomendable hacer la visita a Pamukkale sin prisas (tal vez los circuitos dediquen un tiempo algo escaso a ella), no solo por admirar los restos arqueológicos sino por el placer de sentarse un rato a disfrutar del espectacular paisaje e incluso remojar los pies en las piscinas de aguas termales.


Necrópolis de Hiérapolis




 EFESO


Se trata de una de las más importantes ciudades de la antigüedad y  la mejor conservada de toda Turquía.
Un paseo por la calle principal plagada de restos de arte, acaba en una de las obras mejor conservadas y más importantes de la antigüedad, La Biblioteca de Celso: erigida en honor a Tiberio Julio Celso, se encuentra en muy buen estado de conservación, especialmente su hermosa fachada principal, realizada en forma convexa para dar mayor sensación de grandeza, y adornada por numerosas estatuas muy bien conservadas, todo un lujo para los amantes del arte.
El antiguo Templo de Artemisa, del que solo se conserva una de las columnas, las termas, o la casa de la Virgen que pasó sus últimos años en Éfeso, y por supuesto el enorme Teatro preparado para acoger a unos 24.000 espectadores, cierran una visita que no está presente en todos los circuitos pero que resulta altamente recomendable.


Biblioteca de Celso






Estambul

VIAJE A TURQUÍA: ESTAMBUL, PAMUKKALE, ÉFESO Y CAPADOCIA (2013)


ESTAMBUL  
  
Con una ubicación privilegiada, en el estrecho del Bósforo y a caballo entre Europa y Asia, Estambul se considera una de las grandes ciudades más bellas del mundo:
Extensa pero muy fácilmente transitable para el turista, gracias a su ágil transporte urbano, la visita a Estambul requiere  por lo menos de cuatro días para disfrutar  no solo de sus numerosos monumentos,  sino además  de sus plazas, calles y rincones.  


VISITAS INELUDIBLES

BASILICA DE SANTA SOFÍA


Santa Sofía es indudablemente uno de los símbolos de la ciudad de Estambul: La primera construcción fue erigida con el emperador Constantino, patriarca del cristianismo en oriente.  Sufrió varias reconstrucciones y reformas, pero sería el emperador Justiniano el que le daría su máximo esplendor, pretendiendo con ello engrandecer no solo el templo sino la ciudad entera.
Basílica ortodoxa durante casi toda su historia, posteriormente mezquita e incluso iglesia católica durante unos pocos años,  Santa Sofía está hoy día "retirada" del culto y ha pasado a formar parte de los museos de la ciudad de Estambul.
Se considera una auténtica "perfección" en sentido arquitectónico debido a sus proporciones, especialmente al soporte de su cúpula que da sensación de estar "suspendida en el aire". Su interior es de gran belleza, por sus dimensiones, su decoración, sus grandes lámparas colgantes y sus hermosos mosaicos bizantinos entre los que se conservan varios de la virgen con el niño, de los emperadores Justiniano y Constantino, ofreciendo a la virgen la Iglesia y la ciudad de Constantinopla y especialmente el famoso Cristo Pantocrator.



LA MEZQUITA AZUL
Situada en frente de Santa Sofía, la Mezquita azul es la única del mundo con 6 minaretes, y con toda seguridad la mezquita más conocida de Estambul. Su interior decorado muy delicadamente con azulejos azules, le da su sobrenombre (su verdadero nombre es Mezquita de Sultán Hamet), por el cual es más conocida.
Muy recomendable acercarse por la noche a la zona de las dos (Mezquita Azul y Sta. Sofía) y observar el espectáculo de luces que se presenta en la fuente ubicada entre ambas.




PALACIO TOPKAPI



La residencia del Sultán, es un complejo de jardines y pabellones visitables, entre los que destaca el Harén (visita con entrada aparte). Es aconsejable hacer la visita un día soleado, no solo por lo agradable de sus jardines y  por las hermosas vistas al Bósforo que se contemplan desde sus terrazas, sino también por disfrutar de la visita al harén con una iluminación que permita apreciar su exquisita decoración con azulejos así como sus techos estucados
Una de las salas más interesantes del  TOPKAPI es la del tesoro, donde se pueden admirar todas las riquezas de los sultanes, recibidas desde diversas partes del mundo:  joyas, (entre ellas el "Gran Diamante" que con sus 88 quilates es uno de los mayores del mundo), vajillas, y armas, entre las que se encuentra el puñal más caro del mundo, una daga engastada con diamantes y esmeraldas que es casi más una joya que un simple arma. Completan las colecciones elaborados trajes,  varios tronos del sultán, e incluso una incomparable colección de relojes de pared de lo más variopinto, con sus mecanismos a la vista , algunos tan trabajados y con tal ingenio que merecen de por sí esta visita.




MUY RECOMENDABLE
Una visita que normalmente no ofrecen los guías turísticos y que creo que resulta imprescindible, es la del Museo Arqueológico, dentro del recinto del Topkapi, pero con entrada aparte: Compuesto en realidad por tres museos : El del Antiguo  Oriente, el de Azulejos y el propio Arqueológico, que atesoran una gran cantidad de obras, de Egipto,  Mesopotamia y la Antigua Babilonia, Roma o Grecia.  Muy destacables los mosaicos bien conservados de las Puertas de Isthar (entrada a la antigua Babilonia) además  de una interesantísima  colección de sarcófagos, algunos encontrados en la necrópolis real de Sidón (actual Líbano),  que formaba parte del imperio Otomano, trabajados en piedra con muy variadas formas.  Es aquí donde se encuentra la joya más célebre del museo, el Sarcófago de Alejandro: Trabajado en piedra, antiguamente estucado (aunque hoy se conserva apenas sin color alguno) recoge escenas de batalla labradas con tal delicadeza que aunque hoy día ya se ha puesto en duda que realmente se trate del sepulcro de Alejandro Magno se sigue considerando un auténtico tesoro que merece ya por sí solo la entrada al museo.
Muy próximo a la Mezquita Azul  también encontraremos, o más bien intuiremos, los restos del Hipódromo que nos dejó como huella el Antiguo Imperio Romano: prácticamente no queda nada que nos permita identificarlo pero aún merece la pena darse un paseo por la plaza que se ubica hoy en su lugar, en la que se encuentran el Obelisco de Teodosio, la Columna Serpentina y la Columna de bronce.



Si continuamos paseando por la antigua Estambul y tenemos varios días en la ciudad no debemos obviar un interesante lugar que normalmente los guías turísticos no ofrecen: la Cisterna de la Basílica. Esta cisterna subterránea que surtía de agua a la ciudad y gran parte de alrededores, resulta una visita original y muy interesante: con una iluminación tenue muy sugerente, se recorre una pasarela rodeada de cientos de columnas sobre el agua, hasta llegar a la columna de la "Medusa" decorada con la enorme cabeza en piedra de este ser de la mitología griega. El espacio es tan atrayente que se viene utilizando incluso para dar conciertos de música clásica




Una vez finalizadas las visitas culturales, podemos cambiar de tercio perdiéndonos en el mundo árabe de los zocos y mercadillos recorriendo uno de los bazares más famosos del mundo. El Gran Bazar es un laberinto de calles a techo cubierto, repleto de objetos variados y clasificados por género: cerámica, cuero, joyas, antigüedades... donde podemos permitirnos alguno o muchos caprichos, según la calidad que se requiera, aunque si no se tiene buen ojo es difícil diferenciar lo fabricado "en serie", de lo que realmente está hecho a mano, y las antigüedades que los vendedores ofrecen, de las más que abundantes falsificaciones. De cualquier manera se compre o no, la visita es de lo más recomendable aunque solo sea por callejear bajo sus fantásticos techos decorados, o tomar un té en uno de sus acogedores y típicos rincones.





Y si de bazares hablamos tampoco debemos perdernos el de las Especias o Bazar Egipcio, muy cercano al Puente de Gálata, que resulta también de gran interés al tratarse de un típico bazar oriental, con sus puestos repletos de colorido y aromas, con un ambiente quizás más puro y algo menos turístico.





Pero Estambul no acaba en el barrio de Sultanahmet. La zona europea de Beyoglu en el lado sur del famoso Cuerno de Oro resulta muy interesante a pesar de ser la más moderna de la ciudad.
El Puente Gálata merece la pena recorrerlo a pie para contemplar desde allí la incomparable puesta de sol, además de ser testigos del curioso espectáculo de la pesca ya que la cantidad de pescadores que inunda el ambiente  con sus cañas, cestas y aperos es más que sorprendente. También se puede recorrer la parte inferior del puente donde un buen número de restaurantes ofrecen pescado y otros menús con vistas al Cuerno de Oro. A ambas orillas del puente podemos observar la cantidad de puestecillos que venden pescado a la parrilla recién hecho e incluso los barcos-restaurante que actúan como auténticos quioscos flotantes y que por la noche adquieren, con sus luces reflejándose en el Bósforo, un encanto muy especial.



La torre Gálata con su mirador, la calle Istiklal Caddesi con el tranvía antiguo circulando en medio de la subida plagada de comercios y hermosos edificios o incluso la moderna Plaza Taksim justifican de sobra el recorrido a pie por la ciudad.


En definitiva, del viaje a Estambul uno se trae la sensación no solo de haber visitado una de las ciudades más bellas del mundo, sino de haber recorrido una ciudad cómoda y fácil de transitar a pesar de sus dimensiones, pero sobre todo amable, un placer y un lujo para todos los sentidos.